El patriarca serbio Irinej pidió a Turquía que retire su decisión de convertir a Hagia Sophia en una mezquita.
Argumentó que la única solución justa era mantener el estado de este edificio como museo y hacer posible el culto musulmán y cristiano.
“El templo es más que lo suficientemente espacioso como para que nadie entre en el negocio del otro. Tal solución no tendría precedentes en el mundo moderno. Notamos que no solo en Jerusalén o Sinaí, y estos son lugares sagrados para los creyentes de ambas religiones, sino también en otros lugares, también en Serbia y en otras áreas donde viven los serbios, la iglesia y la mezquita a menudo se mantienen juntas, demostrando en la práctica convivencia histórica, tolerancia y confianza entre vecinos ”, dijo Irinej en un comunicado.
Agregó que Hagia Sophia había operado como una iglesia cristiana durante más de nueve siglos, y como una mezquita por apenas poco más de cinco centurias, y señaló que constituía una vez la iglesia más importante en "toda la cristiandad", tanto en Oriente como en el Occidente.
“Consideramos por tanto, que la revocación de la decisión de Ataturk y el retorno unilateral de Hagia Sophia al estado de mezquita, no solo es una injusticia histórica sino también un paso político precipitado e innecesario, en detrimento de la reputación internacional de Turquía y de las relaciones y confianza entre cristianos y musulmanes en todo el mundo ”, afirmó.
Irinej expresó su esperanza de que fuera claro para todos que la alternativa al futuro no radicaba en confrontaciones inventadas entre las dos principales religiones del mundo, el cristianismo y el Islam, sino en la paz entre los miembros de cada religión, y no solo en paz o simplemente tolerancia, pero más respeto mutuo.
El patriarca serbio se unió a la ola de llamamientos hacia el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, iniciado por el patriarca Kirill de Moscú, el papa Francisco y otros líderes, instándolo a retractarse de su intención de cambiar el estado de Hagia Sophia y mantener el status quo.
"No es demasiado tarde para eso. Tal acción le serviría bien y sería un consuelo y satisfacción para el Patriarca Ecuménico Bartolomé, su Iglesia y la comunidad romana (Griega) en Turquía por el profundo dolor y pena causados por esta decisión, pero también traería a la Turquía moderna la aprobación. , confianza y reconocimiento de toda la comunidad cultural del mundo ”, concluyó Irinej.
