Carta 48.- A un erudito ortodoxo, quien pregunta: ¿Por qué la Ortodoxia no tiene a su propio papa?

Pues, ¡sí tiene! La Ortodoxia tiene a su propio papa, mayor que todos los papas y patriarcas en el mundo. Lo tenía desde el principio y lo tendrá hasta el fin del tiempo. Ese, es el mismo papa a quien invocaban todos los Apóstoles de Cristo: El Espíritu Santo, el Espíritu de sabiduría y razón, el Espíritu del consuelo y la fuerza de Dios. Él es el papa verdadero de la Iglesia de Cristo desde siempre y para siempre, sin permutación ni cambio, sin disputa ni elección, sin precursor ni sucesor. Y, afortunadamente, existe el documento escrito por sus propias manos, donde vemos que los Apóstoles reconocían/confesaban al Espíritu Santo como su sumo jefe y papa. En el primer Concilio en Jerusalén, los Apóstoles habían escrito estas célebres palabras: Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, etc (Hechos de los Apóstoles 15,28). Evidentemente, los Apóstoles ponían al Espíritu Santo por delante de ellos y sobre ellos. Antes de esa y de cada una de sus reuniones, ellos rogaban a Él, invocaban a Él. ¿No hacen lo mismo, hasta el día de hoy, los caudillos de la Iglesia Ortodoxa? Cada vez que se reunen, ellos se acuerdan, en primer lugar, de su infalible papa, el Espíritu Santo. A Él invocan con temor antes de todos sus trabajos, y a Él obedecen sin condición. Pero no sólo los caudillos de la Iglesia; sino también los jefes de Estado en los paises ortodoxos, los ministros y los parlamentarios, en primer orden invocaban al Espíritu Santo y luego empezaban sus trabajos como autoridades civiles. Igualmente, también hacían y lo hacen, los dirigentes escolares. Usted sabe que en el comienzo de sus trabajos escolares, ellos van a la iglesia con sus alumnos para invocar al Espíritu Santo… El Todobondadoso, Todopoderoso y Todosabio Espíritu Santo maneja a todos, vigoriza a todos, inspira a todos: a la Iglesia, al Estado y a los que trabajan en el sisitema educativo. Y gobierna a todos en todo, no violentamente como los dictadores terrenales, sino como padre con sabiduría y amor. Él es nuestro padre a través del Bautismo en el cual lo hemos recibido. Y usted sabe que la palabra griega ”papa” significa el padre. Es decir, en verdadero, histórico y ético sentido, el Espíritu Santo es nuestro padre, nuestro papa. ¿Y para qué, entonces, la Iglesia Ortodoxa necesitaría a otro padre, o papa? ¿No nos ha advertido el mismo Señor Cristo, para que nos cuidemos de los papas terrenales, los padrastros? Él, diecinueve siglos antes, nos ordenó: Y no llaméis a nadie en la tierra vuestro padre (entiéndase: papa), porque sólo uno es vuestro Padre, el que está en los cielos (Mt. 23,9). Le deseo salud y paz de Dios.

Extraído del libro ” МИСИОНАРСКА ПИСМА ” del Santo
Traducción: Marko
Revisión: Gabriel